Los riesgos de una liposucción o de cualquier intervención de cirugía estética son muy bajos siempre y cuando se respeten las normas básicas de una buena práctica médica.
Existe una desgraciada tendencia de determinadas empresas modernas de establecer una guerra de precios en intervenciones de cirugía estética, tales como la liposucción, hasta el punto de encontrar compañías consideradas “low cost” o de bajo coste.
Los precios en intervenciones de cirugía estética deben de encontrarse en unos rangos razonables que permitan establecer unas mínimas condiciones de seguridad para el paciente. Cualquier precio que se encuentre muy por debajo de los precios estandarizados de mercado va a generar malas condiciones de seguridad para el paciente.
Cuando en sanidad reducimos drásticamente los precios tenemos que reducir drásticamente también alguno de los capítulos que nos permiten realizar la liposucción o la intervención de cirugía estética, tales como la calidad del producto, la calidad de las instalaciones, el número de personas básico que permiten atender al paciente con seguridad, o incluso, la calidad y formación del cirujano que va a realizar la intervención.
Reducir drásticamente los precios en cualquier procedimiento sanitario, en cualquier intervención quirúrgica, en cualquier intervención de cirugía estética y por supuesto en una liposucción por sencilla que parezca ésta, es someter al paciente a un riesgo innecesario para intervenciones que no son totalmente necesarias para la salud e incluso someter a este paciente a un riesgo incrementado de mortalidad.
El precio no debe ser el factor determinante para elegir un centro a la hora de someterse a una liposucción o a una intervención de cirugía estética. Sin duda es un factor a tener en cuenta pero nunca el más importante y siempre se debe de desconfiar de precios por debajo del estándar de mercado. Los factores más importantes a la hora de elegir un centro o un cirujano sin duda son la calidad del centro, la seguridad, los resultados de este cirujano y el bajo índice de complicaciones.
La elección primordial debe basarse en el profesional que nos va a intervenir, ni siquiera en el centro sanitario o clínica ya que en definitiva los resultados dependerán de las manos de quien practica la intervención.