Los pacientes tanto con disforia de género como de obesidad enfrentan desafíos que son importantes de comprender, ya que estos problemas pueden afectarse entre sí.
Existen barreras para las personas transgénero que participan en deportes. Los estudios han demostrado que la obesidad y la disforia de género son diagnósticos individuales que ponen a las personas en riesgo de prejuicios por parte de algunos médicos. Los pacientes con ambos problemas son especialmente vulnerables a experimentar traumas cuando buscan atención médica especializada y también pueden experimentar altos niveles crónicos de estrés, conocido como estrés minoritario por pertenecer a un grupo estigmatizado. Los endocrinólogos que brindan terapia hormonal de afirmación de género pueden ser los primeros especialistas que los pacientes vean en años, lo que podría ser una oportunidad para analizar otros problemas de salud como la obesidad.
¿ Cómo afecta la terapia hormonal de afirmación de género a la obesidad?
Si bien se ha informado aumento de peso después de comenzar la terapia hormonal de afirmación de género, la terapia hormonal también puede tener un efecto positivo sobre la obesidad. Algunos pacientes que anteriormente tomaban medicamentos para la diabetes tuvieron una remisión de la diabetes después de comenzar la terapia hormonal y perder peso. Se sienten más cómodos en lugares públicos como gimnasios y parques. Informan sentirse menos aislados y más motivados y han podido evitar las elecciones de alimentos poco saludables porque se sienten mejor consigo mismos. Además, si bien el peso y el índice de masa corporal (IMC) pueden aumentar después de comenzar la terapia hormonal, la investigación debe evaluar cómo cambian la masa corporal magra, el porcentaje de grasa corporal y otros parámetros metabólicos.
¿Puede la obesidad afectar la expresión de género?
La obesidad puede afectar la forma en que una persona puede ser percibida como masculina o femenina. Por ejemplo, el exceso de tejido adiposo contribuye a la aromatización de testosterona a estrógeno y la ginecomastia resultante puede ser un cambio deseado para las mujeres transgénero con obesidad. Las pacientes manifiestan que están contentas con su aumento de peso excesivo porque quieren parecer «curvilíneas». Los pacientes masculinos que fueron designados como mujeres al nacer también pueden aceptar la oligomenorrea y el hirsutismo que pueden ocurrir con el aumento de peso. Tener una mayor circunferencia abdominal también podría hacer que el tejido torácico sea menos perceptible. Los médicos deben tener en cuenta la posible disforia corporal subyacente cuando consideren hablar sobre la obesidad con sus pacientes.
¿Cuáles son algunas consideraciones para la terapia hormonal de afirmación de género en pacientes que buscan cirugía metabólica (bariátrica)?
El mejor enfoque con respecto a la terapia hormonal en el momento de la cirugía metabólica es una discusión individualizada de los riesgos y beneficios. Recientemente, se ha publicado más orientación para desalentar la suspensión innecesaria de la terapia hormonal con cirugías en general. Sin embargo, la obesidad en sí está asociada con un mayor riesgo de tromboembolismo venoso y, después de la cirugía metabólica, muchos pacientes reciben de forma rutinaria terapia anticoagulante para evitar eventos tromboembólicos.
Es probable que continuar con el reemplazo de testosterona en el momento de muchas cirugías sea seguro. Sin embargo, suspender la testosterona en alguien con útero podría provocar un sangrado vaginal no deseado que podría complicar el postoperatorio. Para los pacientes transgénero que se someten a cirugía metabólica se les recomienda continuar con la terapia de testosterona y un control cuidadoso para garantizar que mantengan su testosterona en un rango fisiológico masculino.
En el caso de los estrógeno se recomienda suspender los mismos tres o cuatro semanas antes de la cirugía bariátrica. Si bien se podría argumentar que el riesgo de tromboembolismo en los pacientes obesos es lo suficientemente preocupante como para discutir la suspensión de estrógeno, se debe considerar seriamente la salud mental del mismo. Las personas transgénero tienen tasas altas de depresión y los pacientes que se someten a cirugía de pérdida de peso deben ser evaluados para detectar trastornos del estado de ánimo, ya que estos riesgos también puede aumentar después de la operación.
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