
La colovaginoplastia representa una de las técnicas quirúrgicas más avanzadas y eficaces para la creación de una neovagina en mujeres trans, especialmente cuando la profundidad vaginal es una prioridad. A diferencia de la vaginoplastia por inversión peneana, esta técnica emplea un segmento del colon sigmoide para formar el canal vaginal, lo que permite lograr una profundidad y lubricación más cercana a la anatomía cisfemenina.
La elección de esta técnica se vuelve crucial en casos donde la cantidad de tejido penoescrotal disponible es limitada, como sucede en mujeres que inician la transición más tardíamente o tras tratamientos hormonales prolongados. Además, la mucosa del colon presenta una capacidad natural de lubricación y resistencia, mejorando la calidad funcional y estética del resultado quirúrgico.
Sin embargo, alcanzar la “mejor” profundidad vaginal no debe entenderse únicamente en términos de medidas físicas. Es fundamental considerar también la satisfacción funcional, la comodidad durante las relaciones sexuales, la recuperación postoperatoria y la ausencia de complicaciones como estenosis o infecciones. La coordinación entre cirujanos especializados, endocrinólogos y profesionales de la salud mental es clave para garantizar un enfoque integral y centrado en el bienestar de la paciente.
En resumen, la colovaginoplastia ofrece una solución efectiva para alcanzar una profundidad vaginal adecuada y funcional en mujeres trans que así lo requieran. Al priorizar una atención médica individualizada y basada en evidencia, es posible lograr resultados quirúrgicos que no solo cumplen expectativas estéticas, sino que también fomentan una vida sexual plena y una identidad corporal afirmada.