
La mastectomía de masculinización es un procedimiento quirúrgico fundamental para muchas personas transmasculinas y no binarias que buscan una apariencia torácica más alineada con su identidad de género. Sin embargo, en pacientes con obesidad, esta cirugía presenta desafíos específicos que deben ser cuidadosamente considerados por cirujanos y pacientes.
Uno de los principales retos en pacientes obesos es la distribución del tejido adiposo en el tórax. Un mayor volumen de grasa subcutánea puede dificultar la definición del contorno torácico deseado y aumentar la posibilidad de irregularidades en la piel o pliegues residuales. Además, la cicatrización puede verse comprometida debido a la menor oxigenación de los tejidos en personas con obesidad, lo que eleva el riesgo de infecciones y complicaciones postoperatorias.
Otro aspecto a considerar es el tiempo de recuperación. La obesidad está asociada con un metabolismo más lento, lo que puede prolongar la sanación de heridas y aumentar la posibilidad de seromas o hematomas. Asimismo, existe un mayor riesgo de trombosis venosa profunda y complicaciones anestésicas, lo que requiere una evaluación preoperatoria más exhaustiva y una planificación meticulosa del procedimiento.
Para mejorar los resultados quirúrgicos en pacientes obesos, es recomendable que los profesionales médicos adopten un enfoque multidisciplinario que incluya asesoramiento nutricional, recomendaciones para la pérdida de peso y una optimización de la salud general antes de la cirugía. También es fundamental que el paciente tenga expectativas realistas sobre los resultados estéticos y las posibles cicatrices visibles.
En conclusión, si bien la mastectomía de masculinización en pacientes obesos es factible, requiere una planificación y seguimiento cuidadosos para minimizar riesgos y optimizar resultados. Un enfoque integral puede contribuir significativamente al bienestar físico y emocional del paciente.
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